lunes, 19 de agosto de 2013

Cómo estamos blog, eh

Una se siente medio culpable, cuando después de un año y medio decide volver a escribir en su blog. Lo mira profundamente tratando de encontrar alguna pista, algún indicio. Y el blog te mira así como desafiante, de más está decir... ofendido. Entonces una va tratando de encontrar en esta nueva interfaz la manera de escribir una nueva entrada. Pero medio que no sabés, viste. Pasaron muchos meses.

  ¿Qué se cree esta mina? ¿Qué puede volver así como si nada, ocultando que me olvidó? ¿En qué va a justificarse, en su falta de tiempo, en su comodidad, en la pachorra?

Entonces abre la nueva entrada y empieza a tipear despacito. Va bien, va bien y de repente borra todo lo que escribió. Porque eran boludeces, paparruchadas. Debería una estar en realidad leyendo el tratado de Derecho Civil de Llambías, no escribiendole a la nada. Pero una vuelve a intentar. y aunque tampoco le convence mucho lo que va saliendo, sabe que en unos días se va a acostumbrar, y va a estar en su salsa.

Y que esto del blog quizás funcione un poco mejor que la terapia
o el helado de dulce de leche
o el novio.
Bah, eso una sabe que no.