lunes, 20 de septiembre de 2010

Receta para el pastel de ese recuerdo.

Paso 1: Corte en pedacitos el recuerdo y mójelo en leche. Ésta puede ser entera o descremada, dependiendo de cuanto quiere que le pese en su pecho el producto final. Si lo desea, también puede reemplazarla por leche de soja, yogurt de frutas o chocolatada. Ayuda mucho que lo que usted elija para remojar la transporte al momento del recuerdo. Puede llorar ya que esta es la etapa húmeda de la preparación y nunca vienen mal unas lagrimitas para sentimentalizar el producto final.

Paso 2: Coloque la mezcla en un bowl. Existen diferentes formas de crear a partir de esto una maza, y éstas se pueden adaptar fácilmente a sus sentimientos del momento. Por ejemplo, puede dejar que la microprocesadora realice todo el trabajo por usted y sentarse a esperar. O usted misma puede moldear el preparado golpeadolo y amasándolo con un palo contra una tabla, una mesa o una persona. Puede lograr una masa equilibrada y perfecta batiendo con dos tenedores suave y constantemente. Otra opción (pero menos recomendada) es pasar directamente del paso 1 al 3.

Paso 3: Cocción. Algunas mazas tardan más que otras en cocinarse, y esto no siempre es debido a la cercanía o lejanía del recuerdo. A veces estos están modificados, retocados, la mayoría de las veces sin querer. El horno se encargará de eliminar esos complementos que no sucedieron, ya que éste necesita para comenzar la cocción pura y exclusivamente la cruda realidad.
Usted se dará cuenta que el pastel ya está listo cuando le empiece a latir el corazón: ¡Prepare la mesa y llame a todos sus invitados!

Ahora ya está lista para comer el pastel de ese recuerdo que preferiría olvidar, perder por su estómago. Algunas últimas recomendaciones:

- No coma muy rápido. El último bocado podría ser el más dificil y hasta imposible.
- No coma muy lento. No va a poder terminarlo jamás.
- No le agregue nada! Ni azucar, ni dulce de leche. Hay que digerirlo asi como es.

La mejor forma de tragar este recuerdo es con el tiempo. Algunas tardan años, otras días. Pero se hace más ameno si es un pastel. Cuando lo termine, recuerde que ya nunca verá el recuerdo, pero seguirá recordando su gusto.

Buen provecho!

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