domingo, 26 de diciembre de 2010

Traspié

Hoy me desperté y lo supe
abrí los ojos y lo canté.
Hoy por primera vez en años
a la duda fulminé.

Hoy me levanté y sabiéndolo
mis patitas empezaron a bailar.
Y fui viento, fui huracán
tembló mi alma tras el vendaval.

Hoy caminé y sintiéndolo
no pude evitar reir.
Oleó el paisaje, oleó la city,
simpáticas "ganas de vivir".

Hoy frené. Y pensándolo
me lo puse a analizar...
Qué desesperación repentina
¿Hasta cuándo todo esto va a durar?

(Qué tristeza, qué amargura
al pensar en frío
la razón pulveriza la dulzura)

lunes, 20 de diciembre de 2010

Lluvia

(R.G. Tuñón)

Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura de nuestra fatiga.
Estamos solos bajo la lluvia, solos en nuestro compartido, en nuestro apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra posible resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica, pero tan humana, increíble, pero, tan real, numerosa, pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el destino único.
Ambos nos ayudaremos para subir la callejuela empinada.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa, que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y yo seamos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Al extremo de que nada te pertenece sino yo.
Al extremo de que nada me pertenece sino tú.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta.

La lluvia es bella y triste y acaso nuestro amor sea bello y triste y acaso esa tristeza sea una manera sutil de la alegría.
Oh, íntima, recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Le acarició la barbilla y volvió a llorar.

Le acarició la barbilla y volvió a llorar. Estaba partida en dos. En diez. En mil pedacitos. Pero ¿Qué podía hacer? Tenía que salir. Sabía que tarde o temprano tenía que salir. Las manos le pesaban, iba a ser imposible dejar de acariciarlo. Y las piernas le pesaban, iba a ser imposible levantarse. Y los ojos le pesaban, y qué fácil parecía el sueño.

Le acarició la barbilla y volvió a llorar. ¿Por qué ese lugar le era tan seguro y confortable? Se acurrucó y estremeció. Y tembló al acariciarlo, pero no paró. Era como un acto reflejo, lo único que la mantenía traquila, con los pies sobre la tierra. Lo miraba y lo acariciaba. Lo buscaba, lo necesitaba, la atrapaba.

Le acarició la barbilla y volvió a llorar. Ya había pasado un buen tiempo y ella no podía hacer otra cosa mpas que seguir haciéndolo. Él inmutable. Ella se quebró una vez más. Esta vez sabía que no lo iba a poder soportar.

-Yo no voy a levantar tus pedacitos. Ni voy a rehacer tu rompecabezas. Ni voy a secarte las lágrimas. Ni voy a necesitarte. Ni voy a buscarte. Ni voy a quererte. Sólo voy a permanecer callado, hasta que te des cuenta que en realidad no son tus piernas las que te pesan.

Dijo él (o no).
Ella le acarició la barbilla y volvió a llorar.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Patarriba

Por la punta de aquel edificio, iba cayendo una jovencita. Gritaba tan fuerte como era capaz: ¡No quiero morirme tan chiquita!

A decir verdad no mucha gente se quedaba contemplando el triste escenario. No había caso. La jovencita se iba a estrellar, porque ya estaba cayendo.

Gritaba y gritaba. Nadie entendía del todo por qué. ¿Qúería llamar la atención? ¿Pretendía salvarse? Los segundos pasaban, y ya estaba cayendo.
¡No me quiero morir tan chiquita!

La gente ocupada seguía caminando. Y los gritos más que desgarrar molestaban, que se estrelle de una vez, que deje de gritar.

Yo observaba junto a un arbolito, y yo sentí también cuando lo que les cuento empezó a pasar: el mundo entero se dio vuelta, la fuerza de gravedad enloqueció, algo que nadie preveía patarriba nos dejó.

Y no solo eso, ¡Nosotros también empezamos a caer! La chiquita atónita nolo podía creer. Caímos y caímos hasta que la alcanzamos y junto a ella una veganza extraña eternamente pagamos.

De vez en cuando se me da por rimar. Divertido vicio, vicio sano en todo este mal. Cayendo hay que encontrar una forma de entretenerse, todo es efímero. Algunos siguen gritando ¡No me quiero morir! pensando en el final. Otros callamos y nos cansamos de esperar.
Pero la niñita baila y llora, se enoja el ríe. La jovencita es de nosotros la que más vive.

lunes, 18 de octubre de 2010

Tierra roja

En mi corazón tierra roja
de montaña, de octubre.
De viento, de chinita fiera.
En mi corazoncito
que ahora es fuerte y simple
alto y gentil.
En él tierra roja.
En él canción leyenda
danza jujeña, mirada feliz.
Ay, mi corazón
ya está listo para cantar.
Ay, las montañas
me protegen del tío
del cuco, del frío,
de los ataques y el dolor.
Un ritual curioso me protege
aura de fortaleza
aura sin dolor.
Tierra roja calienta mi sangre.
Senderito rocoso marca mi camino.
Sol abrazador cuida mi destino.
Y mi corazón apunta al norte.

martes, 5 de octubre de 2010

Perdí

¿Qué ganaste?
Decime, mierda. ¿Qué ganaste?
Ya no canto.
Ya no como.
Ya no escribo.
Si hasta me cuesta rimar!
¿Qué ganaste?
Me ganaste. Pobre de mi.
Me acurruco, me abrazo.
Y qué frío.
Y qué sed.
¿Qué ganaste? Ni te importa.
No viniste por tu premio.
Nunca reclamaste tu sol.
Pero sabé una cosa. Y sabelo bien.
Si hoy ganaste
es porque no se hacer otra cosa que perder.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Receta para el pastel de ese recuerdo.

Paso 1: Corte en pedacitos el recuerdo y mójelo en leche. Ésta puede ser entera o descremada, dependiendo de cuanto quiere que le pese en su pecho el producto final. Si lo desea, también puede reemplazarla por leche de soja, yogurt de frutas o chocolatada. Ayuda mucho que lo que usted elija para remojar la transporte al momento del recuerdo. Puede llorar ya que esta es la etapa húmeda de la preparación y nunca vienen mal unas lagrimitas para sentimentalizar el producto final.

Paso 2: Coloque la mezcla en un bowl. Existen diferentes formas de crear a partir de esto una maza, y éstas se pueden adaptar fácilmente a sus sentimientos del momento. Por ejemplo, puede dejar que la microprocesadora realice todo el trabajo por usted y sentarse a esperar. O usted misma puede moldear el preparado golpeadolo y amasándolo con un palo contra una tabla, una mesa o una persona. Puede lograr una masa equilibrada y perfecta batiendo con dos tenedores suave y constantemente. Otra opción (pero menos recomendada) es pasar directamente del paso 1 al 3.

Paso 3: Cocción. Algunas mazas tardan más que otras en cocinarse, y esto no siempre es debido a la cercanía o lejanía del recuerdo. A veces estos están modificados, retocados, la mayoría de las veces sin querer. El horno se encargará de eliminar esos complementos que no sucedieron, ya que éste necesita para comenzar la cocción pura y exclusivamente la cruda realidad.
Usted se dará cuenta que el pastel ya está listo cuando le empiece a latir el corazón: ¡Prepare la mesa y llame a todos sus invitados!

Ahora ya está lista para comer el pastel de ese recuerdo que preferiría olvidar, perder por su estómago. Algunas últimas recomendaciones:

- No coma muy rápido. El último bocado podría ser el más dificil y hasta imposible.
- No coma muy lento. No va a poder terminarlo jamás.
- No le agregue nada! Ni azucar, ni dulce de leche. Hay que digerirlo asi como es.

La mejor forma de tragar este recuerdo es con el tiempo. Algunas tardan años, otras días. Pero se hace más ameno si es un pastel. Cuando lo termine, recuerde que ya nunca verá el recuerdo, pero seguirá recordando su gusto.

Buen provecho!

domingo, 22 de agosto de 2010

No te preocupes

I'm really a cat, you see? And it's not my last life at all.

domingo, 8 de agosto de 2010

Loco, loco.

Tu nombre baila
candombe en mi mente.
Tu sombra me presigue
entre tanta gente.
Tu voz tiene eco
y retumba constante.
Tus piecitos peregrinan
en mi fe vibrante.

Pero de vos no se qué decir
me quedo expentante.
No se si esperar tu nombre, tu sombra, tu voz y tus piecitos
o mandarle pa'lante.

domingo, 25 de julio de 2010

Trapitos

Cinco negritos van caminando
tan cansados, tan flaquitos.
Pobrecitos, pobres almas
tienen frío y son negritos.

Cuatro negritos van llorando
tan sucios, tan desdichados.
Pobrecitos, tienen hambre
los ayudo con tomates pasados.

Tres negritos van lamentando
tan roñosos, tan cliché.
Pobrecitos, estan estancados
darles la mano me da nosequé.

Dos negritos van mendigando
tan delincuentes, tan triste.
Pobrecitos, descarrilados
habrá que sacarlos cual quiste.

miércoles, 21 de julio de 2010

Las cero

Era tarde. Tus ojos luchaban por cerrarse, pero seguía habiendo algo adentro tuyo que lo impedía, algo no cerraba. Los gritos y las risas de la televisión te llenaban la cabeza mientras te metías en la cama. Tu cuerpo pronto sintió el cambio de temperatura al mismo tiempo que tus músculos recibieron la orden de relajarse. Temblaste un poco hasta que sentiste calor. La cabeza te empezó a latir muy fuerte y cerraste los ojos con decisión pero sin real efecto. Suspiro. Ah.
El dolor, la luz que recibían tus párpados cerrados, tu cuarto, la pintura húmeda, el frío, la tristeza, el "me da igual", Él, mañana, el dichoso sueño profundo, la hora, las 11:57, el noticiero, la tragedia.
Cómo deseabas en ese momento gritar. Encapricharte un poco y que todos se dieran cuenta. También necesitabas poder desatar ese pequeño nudo tan molesto que se estaba formando. No podías. No podías. Tarde. Tus actos eran superfluos, el día a día era demasiado real. Las horas en tu vida pasaban y nunca te sorprendían en algo nuevo. No veían nunca lo que vos tanto querías ver, ¿No? El amor que necesitabas, el golpe que ansiabas.
Decidiste que apenas terminara el lunes y empezara el sempiterno nuevo día apagarías la luz. Pondrías la alarma a las 6:15 y dormirías. Soñarías con cuartos secretos, juegos prohibidos, monedas de oro y quizás alguna araña. Continuarías.
El reloj de la televisión marcó las 00:00 y en el instante en el que los números cambiaron bruscamente tu cabeza comenzó a rodar.
El nudo en la garganta cada vez más grande, el cuello, la piel, las cosquillas, Él, sus besos imaginarios, vos mirandolo, el pescándote indiferente. El dolor, el odio, la bronca, un puño, tu puño, las 00:00, los deseos voladores, las espectativas, la rutina, los amigos perdidos por ahí, el nudo agrandándose, más y más, el grito desgarrador no tan imaginario, la lágrima, las lágrimas, qué lágrimas tan solas, las sábanas tapándote, las 00:00. El temblor de nuevo, el frío, la amiga soledad, el piso frío, tus ojotas, las más lágrimas, el pasillo oscuro, el calor del cuarto recalentado, tu reflejo en un gran vidrio, la cara empapada, tu reflejo acercándose, el vértigo, lás lágrimas secándose, un frío cortante, la proximidad, la velocidad, la proximidad, la velocidad, las 00:00, la eternidad.
Una música bastante exasperante sonó y apagando la alarma sentiste tus pestañas mojadas al abrir los ojos. Desde tu cama sentiste el viento que provenía del balcón abierto.

lunes, 5 de julio de 2010

Qué lástima.

¿Qué voy a hacer, señor lector, qué voy a hacer?
Lloro y se me ríen en la cara.
¿Qué voy a hacer si todos hoy en día
me dicen que mi rima está devaluada?

miércoles, 30 de junio de 2010

Buen día, día.

Buen día, perro
Mujer, buen día
Árbol, buen día
Señora, buen día
Buen día, hijo
Hermano, buen día
Buen día, dia Día, buen día
Soy todos tus olvidos
Y de todos tus olvidos
Aparece mi alimento
Aquí tu libertad
Aquí tu intención
Apelmazada de ser pájaro
Aquí la piedra de tu risa
Aquí mi boca arriba y gritando
¡Buen día!
A todo lo que pasa
Yo soy el que da roto de tu paso olvidado
Y aquel que te camina
Descalzo entre tus pasos
Nada sé, no
Nada sé...
¡Nada sé!
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, sol
Soles, buen día
Tontos, buen día
Señora, buen día
Buen día, agua
Fuego, buen día
Buen día, aire
Luna buen día
Juntos cavaremos hasta la superficie de la Tierra
Tu dolor es amor transformándose en mundo
Todo lo de buscar ya fue encontrado
Creciendo vengo desde antiguo informe
Y una caja es tu cuerpo en donde el dolor no cesa
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Embelésate ahora que estás vivo
Este mundo era ya una loquería
Vamos... adelante
Traerás todo junto
Llanura y vegetal entrelazados
Agua sobre fuego y fuego bajo tierra
Sé bien que tus coros se pondrían contentos
Que suba lo que crece
Lo que se aparta ¡Aparte!
Lo que vino ¡Se encuentre!
Lo que se fue ¡Se vaya!
Aquí voy yo
El que rio y rió
Bajo y sobre las vertientes
Aquí voy yo
El que tentó al amigo
Oíd, oíd, oíd que hermoso río que suena en tí
Llamando, humano, humano, humano...
El pensamiento corre
El cuerpo baila
Los ojos iluminan
La voz llega y escapa
¿Por qué trastocar la lozanía
Que hay en tu alma?
Ah! El yugo
Ah! La enfrascadora jornada
Brindo contigo ¡Holderlin!
Por lo gratis, la bendición etérea
Y oíganse las manos serviciales
La tareas del amor
Creativo y fraternal
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, remanso
Tempestad, buen día
Buen día, ruta
Muerte, buen día
Buen día, día
Ey!
¿Y si hubieras contraído
Compromiso con la muerte?
¿Y si hubieras muerto acaso?
Peleando o creyendo
O intentando
Escaleras para atrapar las espaldas del cielo
Habrías llevado gloria hacia allá
Hacia desde donde ya no se vuelve
Pero también, habrías dejado fábula
Utopía y polvo
Entre mis cófrades mortales
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Pobre eres
Si no llevas repletas las arcas de tu corazón
Idiota perdido
Aquel que no se reconozca en un odio insensato
¿Qué imbécil no verá su pasión más desjuiciada?
¿Y qué clase de rico será
Quien no lleve todo junto y en un solo puño
La psiquis y el latido de su pueblo?
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
¡He venido a mover y dar marcha a la fanfarria!
Me fecunda la música que tonifica y cura
Los poetas me acusan de deber ser valiente
Las artes para siempre, las musas sin cadenas
Como, huelo, duermo, rio, bebo, juego, ando
Me recuesto cara al cielo
Y mi reposo goza en la paz de cada origen
Buen día, díaaaaaaaaaaa
Adiós barcos anclados sobre tormentosas aguas
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
No nosotros!
Regocijo de rocío sobre narices espléndidas
No nosotros!
Elásticos enebradores de deseos
No, No nosotros
Bravos napoleones sin batalla
El compromiso nunca ha sido un bálsamo para mí
No, soy de aquí
Yo voto, tenso y me quedo
Para cantar y amar desde un huerto manual
En mis hermanos
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día
Buen día, día
Día, buen día

lunes, 31 de mayo de 2010

Loca, loca.

¿Que qué dijiste?
¿Qué es eso que te oí hablar?
No es que sea sorda, sólo distraída.
te juro ahora sí te voy a escuchar.
Pero te advierto que yo
soy calesita sin sortija
soy océano sin sal
soy piano desafinado
soy mujer de poco amar
no creo que quieras hablarme, te advierto.
Soy una eterna contradicción
y aunque siempre estoy sonando
nunca en mi vida
compuse una sola canción.

sábado, 22 de mayo de 2010

Burbuja


no quiero ser adivinada, no.
quiero que me sientan.

domingo, 9 de mayo de 2010

pequeño petitorio.

Un abrazo, por favor.
Otro más, ahora de aquel señor.
Hagan fila y no desesperen
por abrazar a la más triste
de las mujeres.

Un abrigo pido, por favor
que vaya curando sin dolor.
No se peleen, no se peguen
por amar a la más tonta
de las mujeres.

Una canción suave, por favor.
No hace falta que desborde de amor.
Una que lleve a otro lugar
a la mujer más cansada
de tropezar.

domingo, 2 de mayo de 2010

Poesía I

Poesía corta y simple, poesía de paso.
Poesía regálame, y házme retazo.
Verso que retumba, eterno tambor.
Envuélveme conviérteme de nuevo en canción.
Canción que llene, canción te doy.
Dejo un poquito de alma, y después me voy.

sábado, 17 de abril de 2010

Ne me quitte pas.

¿Podés creer que hasta llegué a pensar que existías en un universo tan tan mentiroso como el mío? Cuando me di cuenta me decepcioné un poquito. Pero ahora sé que sólo me resta agradecerte el momentito de sinceridad que le aportás a mi cabeza.
Nunca va a pasar, y nunca voy a tener la oportunidad, pero... ¡Si yo fuera como vos, Jacques!

sábado, 3 de abril de 2010

Cuentos cortos.

Cuento los días. Cuento las horas
cuento pasos ¿Le cuento, señora?
Cuento despacio, pa no perderme
cuento segundos, pa más quererte.

Y si no cuento, las horas se paran. Se mezclan, se ensucian. No entiendo nada.

Cuento también cuentos, para los niños.
Cuento momentos, a los días los tiño.
Cuento perdida, pero cuento
cuento mentiras, pero no invento.

Pues si te cuento toda la verdad, temo ya no tengas ningunas ganas de amar.

Cuento eternamente, canto de mujer
cuento cuento cual vicio de tejer.
Cuento pero siento que voy a abandonar.
Cuento que ya no cuento ¿Me quérés contar?

jueves, 1 de abril de 2010

Cadaver exquisito.

¿Y qué pasa si te digo que me pudrí de mimetizarme con el fondo?
¿Y qué pasa si te digo que ya me da un poco de tristeza jugar de arlequín?

Probablemente todo seguiría igual.

lunes, 22 de marzo de 2010

Cheap metaphore.

Un par de notas atinadas rebotaron contra una pared y volaron. Sé que después pasó mucha gente, pero nadie tenía tiempo para ver la vieja pared desteñida de la misma esquina de siempre. Y con razón. De haberla visto se hubieran cansado, aburrido.

Un día nublado un niñito se sentó a contemplar la desgastada pared. Me alegré: pensé "¡De una vez por todas alguien la va a pintar!". El niño se fue y después de unos minutos trajo con él una pelota. Empezó a jugar con la sorprendida pared.

Basta solo pensar un poco para imaginar la alegría de la pared. Basta solo razonar un poco para calcular los minutos que tardó el niñito en aburrirse.

Pobre vieja pared. Ya no le queda otra que martirizarse y ser una pared de nuevo.

jueves, 18 de marzo de 2010

alguien que arme el rompecabezas de mi cabeza, por favor.


(Y si puede que no rompa las patitas de las piecitas, que ya están medio rotas por la humedad.)

martes, 16 de marzo de 2010

Asesiname.

-Decile que se vaya, que no me la banco más!
-¿A quién, loca?
-A esa!
-¿¡A quién!?
-A esa flacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
-¿A vos?
-Si! Decile que no me la banco más. Que se vaya. YA.

domingo, 14 de marzo de 2010

Drama girl.



Y después de todo eso que ni en mi mente había podido describir corrí y corrí con motivo aparente pero falso. Y ni siquiera mi corazón acelerado ni mi respiración entrecortada borraban de mi mente las imágenes confusas, casi surreales.


Me costaba terriblemente disimular mi sonrisa, mi sonrisa de demente. Demente que sonríe después de haber presenciado algo que ni él mismo recuerda. ¿Tan bello era? ¿Tan concreto había sido ese reencuentro? ¡Tantas ganas tenía de subirme y fantasear de nuevo!


Cuando llegué alguien que no recuerdo me preguntó alegremente cómo la había pasado.

-Lindo.

Y me fui a dormir.






jueves, 11 de marzo de 2010

Ready.

Salí de mi casa después de horas de arreglarme para verme igual que todos los días. Para que me vean igual que todos los días. Eligiendo la ropa, peleando con mi flequillo, buscando monedas. Me miré al espejo del ascensor y pensé en que estaba bien. Casi me felicité. "Seguro lo va a notar". Tragué saliva.

Apenas me fui de la casa una oleada de viento me subió la pollerá y me empecé a preguntar si no sería un poco corta. Mientras caminaba mis pies blancos se iban llenando de polvo y mugre, y sentí que lo mejor habría sido ponerme un par de zapatillas. Bajé al subte y el calor me invadió las ideas. La angustia me consumió y mis nervios perdieron la cordura. Transpiré y sentí que todo el perfume se evaporaba de mi piel. Casi lagrimeando salí del vagón y arrastrando los pies me dirigí a mi salida.

Entonces me vi en ese espejo (Que no se a quien se le ocurrió poner en ese lugar!) y vi la misma imagen que había visto hace unos minutos en mi ascensor. Claro que mi mirada estaba más desesperada y triste. Claro que no pude evitar reir. Claro que respiré hondo y las escaleras mecánicas me elevaron a mi y a mi autoestima a la geósfera.

La misma chica que tragó saliva y abrió la puerta de su casa caminaba más decidida por Bolivar y Alsina.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Escribimos poesía
pero nunca coordinamos.
Vos escribís en inglés
y yo en castellano.