miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cumple años

Cumplir años.
Creo que si de algo sirve mi cumpleaños es para establecer una diferencia de edad por años. A lo que voy es: cumplo un 29 de diciembre. 362 días del año tengo cierta edad y sólo 3 tengo otra. Entonces identifico bien los años según la edad, según el año del colegio, etc.
Lo de los regalos son puras mentiras. Entre Papá Noel, mi cumpleaños, el de mi hermana (dos días antes que el mío), cenas y preparaciones de las fiestas, los reyes magos y las vacaciones, mis papás se funden. Realmente. Creo que si cumpliera... no se, un 12 de mayo podría pedir un Ipod o algo así, ahora me limito a tratar de pasar un lindo cumpleaños. Ni siquiera sé si querría un Ipod.
Me conformo con pasar un lindo día. Cosa que no es tarea fácil, eh.
Los cumpleaños son fechas que sólo sirven para establecer una síntesis de la situación actual de tu vida. Y particularmente a mi, me obliga a hacer un resumen de mi año, una crítica, el temido... balance. Y no quiero, perdón, pero no quiero. No tengo ganas. Me niego. Digo que no. Que ni ahí. Que chupala, balance. Tomate el palo. No.
Tengo un poco de miedo, no quiero que sea mi cumpleaños

Encima me está saliendo un grano horrible en la punta superior del labio. QUÉ ONDA?!

martes, 20 de diciembre de 2011

Sed

Cayó el primer meteorito en la tierra
y tembló el agua.
Y los dinosaurios habitaron estas tierras
y tomaban agua.
Mientras crecían plantas carnívoras y venenosas
alimentadas por el agua,
nacía el primer mono
que buscaba agua.
Y siempre que el hombre necesitó algo
necesitó agua.
Y a la par del carbón
el petróleo
o el amor
siempre corrió el agua.
Y el primero hombre que dio la vuelta al mundo
tuvo como mejor amigo
al agua.
La guerra y la paz
días se muerte seca y días de lluvia, de agua.
Y dicen que cuando esa bomba grande estalló
lo inmediato que se escuchó
fueron los ríos
el correr del agua.
Alfonsina se rindió
y se hizo agua.
Y San Martín los Andes cruzó
ahí cerquita del agua.
Dicen que a los hechos más trágicos
siempre los acompaña el agua.
En lluvia, en baño,
en gota en lágrima.
Será que la vida es un hecho trágico,
será que el agua es sangre
los surcos de mi cara huecos
donde el río alimenta su hambre.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Contables e incontables

El dolor es incontable.
Es como el dinero, no se puede contar.
Es imposible, invalorable, perpetuo.
De verdad lo digo.
Mi dolor no se puede contar,
no, te lo juro que no:

un dolor
dos dolores
tres dolores
cuatro dineros

A menos que estemos contando cuántas chicas llamadas Dolores hay en una habitación.
Pero sería medio raro... ¿Por qué de repente habría 10 Dolores en un cuarto de 2 metros cuadrados?
Una convención de Dolores...
¿Donde la gente cuenta sus penitas?
No, no, no! Dolores, la chica, un nombre.
Ah.
Bueno, la cuestión es que tengo un par de dolores escondidos por ahí y no se cómo contarlos.

(También tengo problemas pero esos si son contables y si uno lo dice en voz alta hay que afrontarlos, así que SH!)

sábado, 17 de diciembre de 2011

Síganme los valientes

Paseando por blogs y reviviendo mi estado de blogger naturalmente vacacional me empecé a preguntar ¿Qué clase de blog tengo yo?
Y si, vistes, hay blogs de todo y para todo. Hay blogs para publicar poesías, cuentos, producciones propias, hay blogs al estilo diario íntimo, hay blogs de recetas de cocina, hay blogs de famosos, hay blogs de opinión, de crítica. Yo me pregunto, ¿No puede ser el mío un popurrí?

No puede ser un poema famoso de opinión y crítica íntima y riquísimo, para chuparse los dedos? NO?
Yo no puedo ser una abogada laboralista que escribe mientras actúa en una obra de teatro creada por ella misma que resuelve problemas matemáticos y a veces oficia de economista keynesiana?
No puede ser mi computadora una ventana con pequeñas hormiguitas deslizándose sobre una plancha de manteca a medio derretir por el calor del cada vez más próximo y esperado verano?

Depende de cómo lo mires, es una cuestión de actitú. Yo a partir de ahora elijo ser un popurrí, síganme los valientes.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Chico

Chico raro, desconocido
bocado fácil, pan comido.
Presa ingenua, pez hambriento
plumita débil
que se vuela con el viento
y que viaja de pronto hacia la nada
chico raro, sin darme cuenta
se metió en mi almohada.
Objeto de estudio, a prueba de balas
me habló el chico
yo no le entendí nada
porque miraba sus huesos,
su piel, sus mejillas,
mis gestos, luego los besos.
Chico raro
¿Qué le hiciste a mi vida?
Chico metido, no quería compañía...
Pero mentía
quizás quería un verso, otra canción
¿Cómo no me di cuenta de que eras mi sol?
Chico bonito, chico bombón
salvaste a un débil, fácil, raro corazón.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Volvé Irene, no te fajo más!

Bueno, evidentemente desde mi última entrada morí.
Pero resusité, mi querido blog, y noté que te tengo algo abandonado.
Así que te voy a revivir (un día de estos)
mientras estudio corriente continua y alterna, derivadas e integrales, magnetismo, límites y tormentas eléctricas (?) (si, es un tema y entra en diciembre)
Saluditos

lunes, 11 de julio de 2011

BASTA LOCO

Quiero quedarme horas y horas y horas en facebook haciendo nada. Stalkeando a esas personas que no me banco, stalkeando a mis amigos, stalkeando a mi novio, a la mina de la cual estoy celosa, a mi mamá y a Gonzalo Ruanova también.
Quiero comerme una torta de chocolate bien bien grande, tipo selva negra, o no, mejor una cheesecake, o un lemon pie. Pero sin culpas, así, comérme una buena porción sin remordimiento.
Quiero ir a la playa y quedarme horas y horas y horas mirando la ventana que da al mar, pensando que en capital se está quemando todo pero a mi no me toca, no me llega, no me quema, no me jode porque estoy a ¿200? kilómetros de capital y nadie me puede venir a romper las bolas ahí.
Quiero volver a leer libros por placer y no por obligación. Quiero leer y leer y leer hasta que me duela la cabeza, y las letritas se me hagan hormiguitas y me vuelva la inspiración que perdí hace un tiempo, no se por qué. Y entonces escribir un montón de cosas que tengan por remitentes a otro montón de cosas. Que se me aclaren las ideas para dejar de hacer las cosas por inercia.
Quiero tirar todo a la mierda. Las materias, las putas materias. El centro, el puto centro. La gente, la puta gente que habla y habla y habla. Quiero decirles que ¡Hola! soy una persona, no un ente inanimado sin sentimientos. Pero hasta a mi me suena un tanto gracioso.
Quiero descansar un poco ¿Es tanto pedir?

jueves, 30 de junio de 2011

Jugo

Sos algo así como la media naranja de una novia, que vendría a ser el novio.
El tema es que creo que no somos de la misma marca, ni el mismo gusto, ni el mismo color. Lo único que nos une es ser unas medias naranjas. Redondas. Jugosas. Mitades.
El otro tema es que tampoco encajamos demasiado bien. Como las piezas de rompecabezas, que calzan perfectamente sus contornos. Bueno, no. A vos te cortó un cuchillo tramontina y a mi alguien me dio un mordiscón, y me dejó a medio comer.
Y hay otro tema, y es que en algún momento nos vamos a pudrir. Nos vamos a pudrir porque somos naranjas, orgánicas. Está en nuestra naturaleza pudrirnos. Vos quizás estás menos complicado que yo, sos más lisito y plano. Yo chorreo porque estoy medio mordisqueada, obviamente me voy a degradar muy rápido.
Y hay un último problema: los dos estamos convencidos de que somos nuestras respectivas medias naranjas.
¿Entonces? ¿Qué hacemo?
Y mientras lo pienso, y mientras me dan ganas de tomarme un jugo de naranja exprimido, pienso que nosotros podríamos ser un rico jugo. Aunque no tengamos el mismo gusto. Ni seamos demasiado empalagosas. Ni calzemos perfecto. La mezcla está buena. Y si lo ponés en la heladera puede durar. Y seguro que va a durar
porque está hecho con el jugo de mi otra mitad.

lunes, 27 de junio de 2011

Yo me pregunto

Hoy estaba viendo una película para chicos. De esas que enganchás en disney channel, viste? y la ves medio que en secretito, medio que no. Medio que te reís con los chistes y te descubrís a vos misma con cara de boluda sonriendo ante la escena de amor probablemente más cliché del mundo.
Pero bueno, si. Me enganché con una de esas. No voy a especificar cual, es una que me gusta mucho particularmente. Se trata de una princesa de dibujitos que pasa al mundo real y se arma un gracioso lío, muy original. La música además se te queda pegada y no se te va más, una cagada cuando andás en ámbitos medio serios. Pero bueno.
Estaba llegando el final de la película, esa parte del nudo de la historia, ese punto en el que bien en el fondo sabes que no, que es una película de disney channel, que nadie se puede morir... pero mirá si es como "mi perro skip" y termina todo mal, un poquito de miedo siempre hay viste, qué se yo. Aunque sabés que no. Pero tenés que terminarla de ver, por más que mañana tengas una prueba al pedo de filosofía, DE FILOSOFÍA. Ya está, te enganchaste, admití que te enganchaste. Cerrá la puerta y terminá de ver la puta película.
Y mientas en mis rodillas reposaban unas cuantas fotocopias que debería estar estudiando, en el medio de una lluvia torrencial la bruja mala transformada en un tremendo dragón se cae de un edificio bien alto y ante esto, los enamorados se besan y sonríen.
Pero entonces no me pude evitar preguntar ¿Y la mala?
¿Se murió? Si, se sobreentiende que se murió, que es una película para chicos y por eso no ves ni sangre ni muerte. Se murió, bien finada la mala. Pero ¿y sus familiares? ¿Si no eran malos? ¿Si la van a extrañar a pesar de su maldad y egoísmo? ¿No está mal que la hayan matado? ¿No es medio contradictorio que los buenos hayan sido los asesinos? Si, asesinos. Así de corta, ellos la mataron, la hicieron caer. Y ahora están ahí, en la punta del edificio besándose, seguro se van a terminar casando ¿Y si la mala también quería casarse? O peor ¿Si tenía esposo?
Nadie piensa en esas cosas, y es que para mi las historias estas para chicos que pasan en disney channel son en realidad medio censuradoras y esconden un mensaje secreto: si es malo, merece morir. Loco, yo también a veces soy mala, pensé. Merezco morir? Merezco caer de un edificio de 150 pisos? Merezco que nadie se pregunte qué fue de mi? Si dolió mi caída, si me arrepentí en la caída...
Entonces entró mi hermana al cuarto y yo medio sobresaltada me hice la que leía mis apuntes
- Me encanta esa película
Dijo y se fue
Y entonces me dí cuenta de que me fui un poco por las ramas.

lunes, 9 de mayo de 2011

Caprichito

Celos de aquella estrella, celos del sol
celos del que siente frío y del que siente calor.
Celos del que llora, celos del que lamenta
celos del que esta encerrado y del que a la puerta
la tiene abierta.
Celos de todo y celos de nada
celos de que vos tengas una mejor almohada.
Celos de que vos cuentes todas tus penitas
y celos de que el ratón pérez se lleve tus muelitas.
Celos de tus papis, que te hacen la chocolatada
celos de tus abuelos que fabrican mermelada.
Celos de tus amigos, que son obviamente más divertidos.
Celos de que tienen muchos juegos
más entretenidos.
Celos de celos, celos de qué te importa
celos de esos en los que ¡Ay! te tiembla la aorta.
Celos de esquizofrénica, celos de desequilibrada
celos de esa que no sabe muy bien si es amada.
Celos de la que tiene todo, pero Já, no tiene nada
celos de esa que se jacta de ser medio desalmada.
Celos de esa flaca que vive enloquecida
celos de una preocupante suicida con insecticida.
Celos de celosa, de esos celos irracionales
celos de tener celos y buscar problemitas bien bien banales.
Celos de aquella gente que puede sabiamente
sus poemas terminar.
Celos que nunca mienten, un día de estos te lo voy a probar.

sábado, 30 de abril de 2011

Soga al cuello

Te puse la soga al cuello?
Nunca nunca lo sabré
es el decir de algo bello
una duda en degradé
Te sentiste con la soga al cuello?
De mis silencios y dolor
de saber que no querías
pagar lo mismo de tu amor.
Te dolió la soga al cuello?
no tanto como me dolió a mi
que contradictorias mis ideas
si se trata de verte sufrir
Qué tal va la soga al cuello?
Ya no soy yo la que te la ata
son lo que pienso, son lo que temo
son la angustia que ya no mata.
Y si te saco la soga del cuello?
y si te dejo libre de una vez
me parece que te gustaría más
verme de vos depender
Por eso tenés una soga al cuello
para hacerme creer que tengo el poder
y cuando me quiera dar cuenta
el nudo de tu soga que ata mi cuello
nunca nunca va a ceder.

viernes, 15 de abril de 2011

Recuerdos y restos de una vez hace mucho

Y de repente sólo sentí que ya no me sentía solo a mi. No estaba sola, no. Nuevas manos, nuevas piernas, nuevos brazos que a la vez sólo vivían para mi. No eramos un todo, no todavía. Lo eramos todo. Moría por enfadarte, reirte, llorarte, hacerte algo, hacerte mío. Pero sólo pude tenerte. Era un corte sobre la realidad. Un entretiempo, una intermission, un break que nada tenía que ver con la vida, no. Y cosquillas. Cosquillas limpias, que me estremecían pero no me molestaban. Y tus dedos hormigas, que suavecito corrían mi pelo para sentirnos más. Yo no se si me sentiste tanto como yo te sentí a vos... No quiero que mi cabeza de vueltas sobre esa pregunta, tampoco. Solo quiero volverte a sentir un poquito, tenerte y que me tengas. Que me tengas! Que me tengas! 9/3/2010

viernes, 8 de abril de 2011

Certezas

Valdrá el esfuerzo, valdrá este verso, valdrán las ganas y esta canción. Valdrán los miedos, como los no puedos, valdrán tus tiros al corazón. Valdrá algún canto (vendrá algun llanto) y días crueles, resignación. Valdrán las cartas, las no palabras, las esperas de aceptación. Valdrán los cortes, los puños, los golpes, el fuego y el ardor. Los ojos mojados no habrán valido en vano, ni gastado nunca desilusión. La voz partida será restituída, podré cantar siempre a tu son. Valdrá el cansancio, el desasosiego, el espanto, matará el frío tu calor. Valdrá la pena, se que valdrá la pena, se que pegarás mi cuerpo partido en dos. El que de hecho vos partiste cuando un día me dijiste que valdría la pena pensar en vos.

sábado, 26 de marzo de 2011

Parode, parode, parode

Una palabra
tres palabras
(si te fijás, ya te mentí)
cuatro palabras, cinco palabras, seis palabras
y me caí.
Siete palabras, ocho palabras
te sobran letras
y me perdí.
nueve palabras, diez palabras
muchas palabras
no te creí.
Yo me conformo con dos palabras
que cuestan mucho
y no te las ví.
Y cuando las digas
y cuando las sientas
lo siento mucho
no me pasarán
a mi.

domingo, 13 de marzo de 2011

Maricona

Miedo. Qué cosa curiosa el miedo.
Hoy no tengo miedo de quedarme sola, como lo tuve alguna vez. No tengo miedo de despertarme un día y no tener nada. O peor: darme cuenta de que no tengo nada. No, no se por qué (o si se por qué) (por suerte) ya no lo tengo. Se esfumó. Se desvaneció.
Tampoco tengo miedo (demasiado) a engordar como un globo, como un oso panda, como una bola de grasa, como un chanchito donde se ponen los ahorros, viste? No. Qué se yo, ya no me preocupa tanto. O sea, si, me preocupa. Pero puedo vivir así. Porque ya no le tengo miedo.
Menos que menos a las materias. Aunque me haga la boluda y me asuste química, y olázar, y los alquinos alquenos alcumus (no me acuerdo cómo me dijiste que se llamaban los últimos...), y los tepés, y los tiempos, las obligaciones. Son unos nenes de pecho comparados conmigo.
Porque yo soy omnipotente.
Ah re.
No, de verdad.
Creo que pueden pasar dos cosas
1) Que me proponga ser omnipotente y no me salga. Pero en el camino hacia esa utopía realice cosas inhumanas y loables
2) Que me proponga ser omnipotente y no me salga. Y que muera en el intento.
De cualquier manera voy a tratar de ser omnipotente, este año.
No sé qué se me dió por escribir al estilo diario íntimo. Parece un diario íntimo? Perdón entonces, ínfimos lectores. No se que me pasa.
Tengo miedo de estar cambiando.
Uy, bancá.
Tengo miedo.
No soy omnipotente.
Mierda.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Noche de gala

Sonia: -Hey, Mariano. Al fin te encuentro entre tanta gente
Mariano: -Acá estoy.
Sonia: -...simpática, la fiesta. No?
Mariano: -Simpática. Vos lo dijiste.
Sonia: -¿Pasa algo?
Mariano: -No me pasa nada, estoy listo.
(Silencio)
Mariano (sorprendido): -Está Viviana, no sabía que iba a venir... Esto no era lo que habíamos hablado, Sonia, así no puedo.
Sonia: -Tengo entendido que ya se va, tiene que cuidar a los nenes, quedate tranquilo. Faltan 20 minutos.
(Silencio)
Mozo: -Canapé?
Mariano: -No, gracias.
Sonia (sonriendo irónicamente): -Dale, comé. Que si no mañana no vas a tener fuerzas
(Mariano la ve, toma un canapé y se lo traga)
(Silencio)
Sonia: -Ahí se está yendo, creo. Está muy linda, preciosa. Lástima que sea ta zorra, verdad? Ya te dije lo que pienso, para mi tiene que estar acá esta noche, junto a todos los invitados. Junto a vos, junto a mi.
(Silencio)
Sonia: -Bueno, se puso tensa la conversación! Supongo que deberíamos llevar una charla más banal. Por ejemplo, el color y la decoración de las mesas me parece exquisita.
Mariano: -Cierto
Sonia: -Y el vestido de la novia también. Lástima la panza... Deberían haber esperado a que naciera el pibe.
Mariano: -La nena...
Sonia: -Es cierto. De todas formas ¿Qué importa, verdad?
Mariano: -No seas tan insensible Sonia, por favor.
Sonia: -Y vos dejá de ser un maricón o andate ya mismo, Mariano. No necesito tus inseguridades.
Mariano: -No me voy a ninguna parte. Pero mierda, cerrá la boca por un rato. Te lo pido por favor.
(Silencio) (Miradas, saludos, formalidades) (Silencio)
Sonia: -Siempre te importó tanto... Hasta hoy, hasta el último día. Y nunca lo entendí (mira el reloj) Si tan mal te hizo. Yo siempre estuve al lado tuyo, sabés. Sólo en mi depositaste tanta confianza. Sólo conmigo podrías haber tomado la decisión de esta noche. Juntos. Pero ella siempre te importó tanto, mierda.
(pequeño silencio, mira el reloj)
Sonia: -Ya casi. Sólo me queda la satisfacción de saber que hoy te vas a ir conmigo (le toma fuerte la mano) y ella también va a volar (la señala con la cabeza)
Mariano: -Viviana!

(Se apagan las luces y suena una bomba)
(Silencio)
(Se prenden las luces. Aparecen los tres recostados a iguales distancias)

TELÓN.

domingo, 6 de marzo de 2011

Rico

Punto caramelo, corazón
(no te olvides)
punto caramelo y helado bombón.
Paso a contarte una historia melosa
cursi, quisquillosa
llenita llenita de dolor.
Vos mientras seguí cocinando
(yo pongo la mesa)
Quizás... hasta tenga el valor.
Y mientras comamos
y mientras yo te cuente mi historia
te clave el tenedor.

lunes, 21 de febrero de 2011

Mañana

Voy a ser grande
voy a ser nueva.
Quizás por ese entonces
no te recuerde tanto.
Quizás me olvide
quizás me pierda
quizás te sienta
de vez en cuando.
Voy a ser limpia
voy a ser loca.
Sentiré a veces
que tu me tocas.
Te habré olvidado
te habré vendido
habré desangrado
por los rincones.
Habré llorado
un tiempo antes.
Habré esperado
que tu me llames.
Habré muerto
luego renacido.
Me habré peleado
con los amores.
Habré descreído
y habré pensado
que de nuevo nadie
amarme podría.
Te habré buscado
y encontrado distinto
decepcionado un poco
de los caminos.
Habré gritado, seguramente
llamando tanto la atención.
Me habré golpeado
mil veces
cual demente
con la amarga decepción.
Habré reido
¡Qué joder!
Habré llorado,
cataratas.
Te habré buscado
¡Por todas partes!
Recordando este día
recordando este momento
en el que fuiste amado.

viernes, 11 de febrero de 2011

Confesión

Estábamos tomando mate. Me acuerdo que estabamos tomando mate porque me molestaba pensar que después me iba a quedar el gustito ese, medio campestre. No es que no me guste, pero no era nada romántico. Había unos twistos medio vacíos en la mesa, arriba del diario que releías.

Estábamos hablando de boludeces, que seguramente en ese momento serían muy importantes. Estábamos mirándonos de vez en cuando. Cuando el otro no miraba, se escapaba un vistazo rápido, fugaz. Es que por lo menos yo no quería que te asustaras.

Estabamos pensando, pensando quizás de más. En el otro. En cómo leía la noticia, cómo comía los twistos, cómo cebaba mate, cómo apoyaba la mano sobre la mesa, cómo se sentaba.

Estábamos leyendo las noticias, comiendo twistos, cebando mate, apoyando las manos en la mesa, sentándonos, bien juntitos, cuando yo te amé.
Por qué no te lo dije, mierda?!

martes, 18 de enero de 2011

Tiempo de

El otro día me di cuenta de algo que me conmocionó: desde chiquitos, desde que empezamos a escuchar, nos hacen creer que estamos subordinados, atrapados, condicionados por una cosa a la que llaman tiempo
Y así todos nuestros planes, nuestras expectativas, nuestros proyectos, hasta nuestros deseos se ven estructurados por un tic tac permanente con fecha de vencimiento. Me costó darme cuenta, porque es algo que absolutamente todos tenemos incorporado, pero confío en que me van a entender.
A veces hasta nos hacen creer que eso a lo que llaman tiempo cambia de velocidades, de ritmos. Llega un punto en el que ya lo sentimos así, porque medimos con tiempo, medimos con horas, medimos con siglos.

¿Cuánto tardó tu mamá en terminar la facultad? Cinco años
¿Cuánto tiempo te llevó sacarte de la cabeza al último flaco que te movió el piso? Cuatro meses
¿En cuánto estás? En cinco
¿Cuándo volvés, amor? Dentro de un mes

Pero
¿Qué pasa si te digo que mi mamá tardó 382 libros y tres ensayos en terminar la facultad?
Si aseguro que me llevó 28 llantos desconsolados olvidarme de ese flaco que me voló la cabeza.
Si te cuento que en 30 metros y un poco de transpiración estoy en tu casa.

Hace un tiempo me empecé a manejar así, esquivando el tiempo.

Probablemente porque falta más que "un mes" para tu llegada, tu regreso. Faltan depresiones, faltan confusiones, faltan tormentas, lloviznas y soles. Faltan desesperaciones y despreocupaciones. Faltan caídas, golpes y goles. Faltas vos. Un mes se queda corto, y yo no me quiero perder de nada.

Así, así, así de desorientada

Este va así eh. Sin escribirlo antes en mi cuadernito de escritos. Sin demasiadas metáforas, que siempre son lindas pero hoy me molestan, me cansan. Este va así eh. Sin vueltas, me importa un carajo que sea cursi, me importa un carajo que ya lo hayas escuchado por ahí, me importa un carajo si no te gusta. Porque la verdad es que estoy caliente, loco. Este va así y no me jodan más. Este va así porque me está brotando de la boca, porque lo estoy escupiendo y sale así...

Y la puta madre, ya empecé a usar metáforas de nuevo.
Ahora me callo.

jueves, 13 de enero de 2011

A. en el malón.

Despertó en medio de la noche y se arrancó del pecho la punzante flecha que había acabado con su vida... ¡Acabado con su vida! No, esa flecha en realidad la había liberado de la muerte misma. De la deshonra. Porque en la existencia sin honra se respira humo y se tragan clavos, pensó A. Ahora ya se había fusionado con algo más allá de la vida, y por un instante nada importó.

Entonces él tomó su mano. Él, a quien había querido como a un hermano y luego deseado como al deseo mismo. Él no tenía que morir, era una lástima, pero ya nada podía hacerse. Ahora sí estaban juntos, unidos eternamente por la flecha de la muerte. ¿O de la vida?

Pero algo importaba todavía más. Si, el gusto a sangre se lo recordaba. Sus manos ampolladas y sucias, sus ropas de hombre y de tierra. Tierra de muertos. Muertos de tierra y barro. Alli vivos.

¡Hermanos! Gritó. Era angustia despidiéndose y sincera incertidumbre su voz. ¡Hermanos! Exigió. No morí por ustedes. A. murió con ustedes, y aquí está, amándolos y cuidándolos hasta el fin de lo que esto sea. ¡Hermanos! No sea tímido y hable, Martín querido. No sea perezoso y venga, mi Ignacio.

Y sus hermanos se acercaron. En los brazos de Antígona, Antígona Vélez, se acurrucaron y descansaron al fin.

martes, 4 de enero de 2011

Llora mi amorcito.

¿Qué pasa, amorcito? Me desconcierta verte llorar así. Dale, amorcito, sabés que podés contarme a mi. ¿Sabés, amorcito? Yo también una vez me sentí chiquita por querer desaparecer. Y no me molestaba que me pisotearan las habladurías gigantes. Me molestaba que no me vieran tus ojitos. Pero me viste, amorcito. Y ahora promeo verte a vos.

Pero ¿Por qué seguís llorando, amorcito? ¿Pensás acaso que te voy a dejar? Si bien sabés que no me puedo de vos despegar. Que hasta me cuesta respirar, amorcito, te lo juro por el General. Basta, amorcito, llorás y no te entiendo. Llorás y me pone mal.

¿Te falta mucho, amorcito? Te vas a perder el sol. Te vas a perder también la luna, amorcito, el amanecer y mi amor. Y yo no quiero que te pierdas de nada, amorcito, yo te voy a cuidar. Pero necesito que pares, por favor, que pares de llorar.

Pará, pará! Ponete a pensar. Amorcito ¿Qué ganás? Sin hablar ni respirar. Matarme, matarme ganás. No tengas verguenza, la verguenza es de débiles, amorcito. La verguenza es de cobardes, de canallas, y de esos hay para regalar. ¿Cómo recupero a mi viejo amorcito, el de la mirada perdida en el mar...?

Así que

Basta, amor. Porque me voy a enojar.