jueves, 30 de junio de 2011

Jugo

Sos algo así como la media naranja de una novia, que vendría a ser el novio.
El tema es que creo que no somos de la misma marca, ni el mismo gusto, ni el mismo color. Lo único que nos une es ser unas medias naranjas. Redondas. Jugosas. Mitades.
El otro tema es que tampoco encajamos demasiado bien. Como las piezas de rompecabezas, que calzan perfectamente sus contornos. Bueno, no. A vos te cortó un cuchillo tramontina y a mi alguien me dio un mordiscón, y me dejó a medio comer.
Y hay otro tema, y es que en algún momento nos vamos a pudrir. Nos vamos a pudrir porque somos naranjas, orgánicas. Está en nuestra naturaleza pudrirnos. Vos quizás estás menos complicado que yo, sos más lisito y plano. Yo chorreo porque estoy medio mordisqueada, obviamente me voy a degradar muy rápido.
Y hay un último problema: los dos estamos convencidos de que somos nuestras respectivas medias naranjas.
¿Entonces? ¿Qué hacemo?
Y mientras lo pienso, y mientras me dan ganas de tomarme un jugo de naranja exprimido, pienso que nosotros podríamos ser un rico jugo. Aunque no tengamos el mismo gusto. Ni seamos demasiado empalagosas. Ni calzemos perfecto. La mezcla está buena. Y si lo ponés en la heladera puede durar. Y seguro que va a durar
porque está hecho con el jugo de mi otra mitad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario