sábado, 26 de marzo de 2011

Parode, parode, parode

Una palabra
tres palabras
(si te fijás, ya te mentí)
cuatro palabras, cinco palabras, seis palabras
y me caí.
Siete palabras, ocho palabras
te sobran letras
y me perdí.
nueve palabras, diez palabras
muchas palabras
no te creí.
Yo me conformo con dos palabras
que cuestan mucho
y no te las ví.
Y cuando las digas
y cuando las sientas
lo siento mucho
no me pasarán
a mi.

domingo, 13 de marzo de 2011

Maricona

Miedo. Qué cosa curiosa el miedo.
Hoy no tengo miedo de quedarme sola, como lo tuve alguna vez. No tengo miedo de despertarme un día y no tener nada. O peor: darme cuenta de que no tengo nada. No, no se por qué (o si se por qué) (por suerte) ya no lo tengo. Se esfumó. Se desvaneció.
Tampoco tengo miedo (demasiado) a engordar como un globo, como un oso panda, como una bola de grasa, como un chanchito donde se ponen los ahorros, viste? No. Qué se yo, ya no me preocupa tanto. O sea, si, me preocupa. Pero puedo vivir así. Porque ya no le tengo miedo.
Menos que menos a las materias. Aunque me haga la boluda y me asuste química, y olázar, y los alquinos alquenos alcumus (no me acuerdo cómo me dijiste que se llamaban los últimos...), y los tepés, y los tiempos, las obligaciones. Son unos nenes de pecho comparados conmigo.
Porque yo soy omnipotente.
Ah re.
No, de verdad.
Creo que pueden pasar dos cosas
1) Que me proponga ser omnipotente y no me salga. Pero en el camino hacia esa utopía realice cosas inhumanas y loables
2) Que me proponga ser omnipotente y no me salga. Y que muera en el intento.
De cualquier manera voy a tratar de ser omnipotente, este año.
No sé qué se me dió por escribir al estilo diario íntimo. Parece un diario íntimo? Perdón entonces, ínfimos lectores. No se que me pasa.
Tengo miedo de estar cambiando.
Uy, bancá.
Tengo miedo.
No soy omnipotente.
Mierda.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Noche de gala

Sonia: -Hey, Mariano. Al fin te encuentro entre tanta gente
Mariano: -Acá estoy.
Sonia: -...simpática, la fiesta. No?
Mariano: -Simpática. Vos lo dijiste.
Sonia: -¿Pasa algo?
Mariano: -No me pasa nada, estoy listo.
(Silencio)
Mariano (sorprendido): -Está Viviana, no sabía que iba a venir... Esto no era lo que habíamos hablado, Sonia, así no puedo.
Sonia: -Tengo entendido que ya se va, tiene que cuidar a los nenes, quedate tranquilo. Faltan 20 minutos.
(Silencio)
Mozo: -Canapé?
Mariano: -No, gracias.
Sonia (sonriendo irónicamente): -Dale, comé. Que si no mañana no vas a tener fuerzas
(Mariano la ve, toma un canapé y se lo traga)
(Silencio)
Sonia: -Ahí se está yendo, creo. Está muy linda, preciosa. Lástima que sea ta zorra, verdad? Ya te dije lo que pienso, para mi tiene que estar acá esta noche, junto a todos los invitados. Junto a vos, junto a mi.
(Silencio)
Sonia: -Bueno, se puso tensa la conversación! Supongo que deberíamos llevar una charla más banal. Por ejemplo, el color y la decoración de las mesas me parece exquisita.
Mariano: -Cierto
Sonia: -Y el vestido de la novia también. Lástima la panza... Deberían haber esperado a que naciera el pibe.
Mariano: -La nena...
Sonia: -Es cierto. De todas formas ¿Qué importa, verdad?
Mariano: -No seas tan insensible Sonia, por favor.
Sonia: -Y vos dejá de ser un maricón o andate ya mismo, Mariano. No necesito tus inseguridades.
Mariano: -No me voy a ninguna parte. Pero mierda, cerrá la boca por un rato. Te lo pido por favor.
(Silencio) (Miradas, saludos, formalidades) (Silencio)
Sonia: -Siempre te importó tanto... Hasta hoy, hasta el último día. Y nunca lo entendí (mira el reloj) Si tan mal te hizo. Yo siempre estuve al lado tuyo, sabés. Sólo en mi depositaste tanta confianza. Sólo conmigo podrías haber tomado la decisión de esta noche. Juntos. Pero ella siempre te importó tanto, mierda.
(pequeño silencio, mira el reloj)
Sonia: -Ya casi. Sólo me queda la satisfacción de saber que hoy te vas a ir conmigo (le toma fuerte la mano) y ella también va a volar (la señala con la cabeza)
Mariano: -Viviana!

(Se apagan las luces y suena una bomba)
(Silencio)
(Se prenden las luces. Aparecen los tres recostados a iguales distancias)

TELÓN.

domingo, 6 de marzo de 2011

Rico

Punto caramelo, corazón
(no te olvides)
punto caramelo y helado bombón.
Paso a contarte una historia melosa
cursi, quisquillosa
llenita llenita de dolor.
Vos mientras seguí cocinando
(yo pongo la mesa)
Quizás... hasta tenga el valor.
Y mientras comamos
y mientras yo te cuente mi historia
te clave el tenedor.